Una mochila cargada de felicidad.
Una cámara encendida en busca de nuevos recuerdos.
Y hay veces que me paro a pensar.
Y pienso.
Que es una pena enorme no llevar siempre una cámara a mano,
las miles de cosas que se pueden inmortalizar, y que en cambio no se hacen.
Los miles de momentos que terminan en un cajón cerrado al cual no podemos acceder.
Hemos perdido la llave.
Me ha gustado, suenas fresca, casi a canción.
ResponderEliminarTe sigo, un abrazo
Muchas gracias.
ResponderEliminar