Cierra los ojos.
Deja que el viento acaricie nuestras sonrisas escondidas.
Y disfrutando del amor, navegar por los rincones desconocidos
de la locura irracional.
Viajar por años de felicidad, capturando cada momento prohibido.
Y exhalar el último aliento cada noche después de sentir su piel contra la tuya.
Y esbozar esa sonrisa idiota y dormir a su lado.
Despertar, y acariciarle el cabello.
Adueñarse de los latidos de su corazón.
Un paso más hacia nuestra utopía, dejamos de lado el dolor.
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¿Otro sueño efímero?
Un placer leerlo.