Las noches son más difíciles.


Ayer fui a subir las escaleras para ir a acostarme y tuve cuidado de no pisarte, porque tenías la manía de ponerte siempre al pie de las escaleras o en medio de la entrada de una puerta y eras tan tú que no te movías aunque te empujaran -aunque hicieran el amago de pisarte-
Ayer lloré y te eché de menos, porque esperaba que hicieras lo de siempre cuando me veías llorar, sentarte a mi lado.
No voy a negar que me quejé muchas veces cuando era una "obligación" sacarte o bañarte o cualquier otra cosa que no me apeteciera en ese preciso momento, pero aun así nada de eso quita que te necesite de vuelta, nada.
No sé que día te fuiste, quizás si rebusco en alguna red social pueda encontrar alguna señal de que día empecé a estar así de triste. Lo único que sé es que hace meses y que parece que fue ayer.
Recuerdo que llegué a casa, que no te vi y supe que ya no ibas a estar nunca más.
Nunca va haber otra leona como tú, nunca.

Te echo de menos

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Otro sueño efímero?
Un placer leerlo.