¿Que te he echo?

Un clavo ardiendo dentro del alma.
Con cada suspiro una gota más de sangre.
Con cada lamento, otra nueva cicatriz.
Y es que llorar ya no vale la pena.
Pedir que vuelva es echarle más lejos.
Dime.
¿Que te he echo? 
Porque si lo dijeras, tendría la más mínima
posibilidad de arreglarlo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Otro sueño efímero?
Un placer leerlo.