Día 1.


Hoy me he mirado al espejo y no me he reconocido, no sé quien es la chica que me devolvía la mirada. Nunca he visto tantísima tristeza en mi cara. No sé quien me miraba, pero quiero pensar que no era yo.
Quien bien me conoce sabe que cuando me despierto necesito levantarme y desayunar, hoy me he obligado a salir de la cama a la una (iba a escribir "a las una" pero él me enseñó que estaba mal) y todavía a las dos y treinta y seis no he bebido ni agua.
Mucha gente habla del dolor como si fuera algo metafórico pero no es cierto, el dolor que yo siento es tan real como mi vida, siento que algo terrorífico se ha instalado en mi pecho y me devora por dentro. Las lágrimas salen solas cuando quieren y sin preguntar, el amor no desaparece, no quiere irse, se ha quedado instalado en alguna parte de mi cuerpo o me ha invadido completamente, todavía no lo sé.
Quiero avanzar y a veces creo que sé que camino he de seguir, pero no logro funcionar, creo que me he roto y no sé cuanto tiempo voy a tardar en arrancar.
La gente no deja de repetir que todas las cosas pasan por alguna razón, ¿pero que razón tan maravillosa merece tantísimo dolor y pena?
Estoy llena de preguntas y dudas, de temores ¿y si mi olvida, y si llega otra que le de todo lo que necesita para sentirse bien consigo mismo?¿Y si ya no soy yo nunca más?
Quiero pensar que he dado lo mejor de mi pero tampoco es gratificante cuando no he conseguido ayudarle.

Estoy rota y no sé como seguir, no se como dejar a mis miedos y demonios fuera de lugar, todavía no sé.

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¿Otro sueño efímero?
Un placer leerlo.