Dinamita.

Se diluye, se contrae, se expande y se desliza.
El deseo expuesto a cada fibra sensible de mi piel,
a cada poro que tu has tocado. Me escuece la excitación de
contenerla, encerrada y esperando. Y la mente voltea, tu nombre
y las mil maneras que tienes de pervertirme. Mi mano se desliza, y
es cuestión de cerrar los ojos y imaginar que es tu mano.
Pero créeme, los orgasmos, cuando me los das tu,
son mucho mejores.

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¿Otro sueño efímero?
Un placer leerlo.