Podía ensayar la charla-monólogo muchas veces frente al espejo, pasándome la mano nerviosamente por el cabello rebelde que tanto le gustaba a ella. Podía hacerla esperar un rato más, escuchando su suave voz cantando filtrarse por el pasillo hasta el cuarto de baño, pero no debía hacerlo.
Ónica era especial,y supongo que lo sigue siendo, tenía ese algo que le hacía intuir cada situación, preverla y así siempre estar preparada para ello.
Llevaba uno de esos vestidos que siempre me han gustado, blanco, corto, de mangas largas y japonesas, bordado y sensual. Y yo al contrario no podía ser más desastre, con mis vaqueros oscuros y camisa negra, como a ella le gustaba,ese era nuestro trato. Ella nada de llevar maquillaje y yo nada de arreglarme, aunque tampoco era un gran problema, la sencillez reinaba en nuestro pequeño piso.
Salí del baño decidido, me la encontré recostada en el sofá con un libro en la mano, no logré distinguir muy bien el título, la tapa estaba muy desgastada de tanto releerlo, pero conociéndola debía ser "La mujer del viajero del tiempo".
No me dio tiempo a sorprenderla, al escuchar mis pasos dejó el libro a un lado y alzó sus ojos marrones hacia mí, sonriéndome con esa sonrisas que siempre me elevaba a las nubes.
Y no sé exactamente si fue su sonrisa en ese momento, o sus ojos, pero olvidé cada palabra-frase que había ensayado y mientras ella se incorporaba en el sofá, me arrodillé frente a ella y saqué el pequeño anillo con forma de infinito, sencillo, especial, único, como ella. Y las palabras salieron solas;
-Hemos pasado tanto, princesa, nos hemos perdido y encontrado tantas veces que creo que el pasado pertenece a vidas pasadas y que hoy, en nuestro presente, solo se que quiero pasar cada segundo de mi vida a tu lado, sin promesas fingidas, sin mentiras y sin rencores, arriesgando y shhh- sellé sus labios con un dedo mientras abría la mano y le mostraba el anillo- solo necesito una respuesta para ser feliz.
¿Te casas conmigo? ¿Capaz o incapaz?
~Y su respuesta suspendida en el aire se quedó~
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¿Otro sueño efímero?
Un placer leerlo.