- Somos como el fuego.-
- ¿El fuego?-
- Sí, las llamaradas violentas están destinadas a consumirse rápidamente. Pero las brasas permanecen largamente encendidas bajo las cenizas - le explicó, apoyándose sobre el codo para mirarlo a los ojos.
- Te quiero, Bianca, de verdad.
(Cambiemos "Bianca" por Chico irritante)
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¿Otro sueño efímero?
Un placer leerlo.