Hasta ayer, cuando volví a despertarme sobresaltada, tocando el lado de tu cama, el lado vacío.
Y ahí encontré todas las respuestas, nunca antes había sido así, créeme, jamás, tu siempre habías sido el que calentaba mi piel, el que erizabas los bellos de mi cuerpo y excitabas las terminaciones nerviosas de este.
Pero esa noche, no, que cuerpo tan sabio, el que sabía que sería la última noche.
Y fue tan fría...
¿Porque no te quedaste con mis susurros? ¿Porque escapaste de noche, dejando así de vacía mi cama?
Nunca fui consciente de que las riendas de este juego las llevabas tu, y eran tan inocente, que creí que era un relación.
Imagina, yo ilusa, dejándote que contaras mis lunares.
¿De verdad querías eso...?
Ayer hacía frío, y lo supe.
Todo estaba fuera de control
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¿Otro sueño efímero?
Un placer leerlo.