-Prométemelo.-Me observa serio, algo distante.
+Lo prometo.-Tras mi espalda, los dedos juguetean, pero algo ocurre. En un ligero lapsus, mis dedos se cruzan entre sí. El índice con el corazón. Un lazo perfecto.
+Lo prometo.-Tras mi espalda, los dedos juguetean, pero algo ocurre. En un ligero lapsus, mis dedos se cruzan entre sí. El índice con el corazón. Un lazo perfecto.
Entonces, pienso : Promesa rota.
Son los lapsus los que nos demuestran realmente lo que queremos, porque no pensamos, solo actuamos.
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